miércoles, 10 de abril de 2013

El nueve de abril de 2013 y el país nacional de Gaitan




No son menores los signos de la movilización del nueve de abril, sobre todo de la acaecida en Bogotá, pareciera que el centralismo en esto también se expresa; los actores convocantes le metieron todo a Bogotá quizás buscando tener un rédito internacional de apoyo al proceso de paz, sin embargo, en el resto de regiones la presencia de la multitud tuvieron que resolverla con encuadre de cámaras cerradas y con malabarismos audiovisuales.

Es claro que Santos convocó a su sector a finiquitar un acuerdo para cese del conflicto con la guerrilla de las FARC y plantea el negocio en términos de darles favorabilidad para que hagan política. No negocian en la mesa nada de la marcha de los asuntos del Estado, sino unas condiciones para que la insurgencia presente sus ideas en sociedad a través de los mecanismos institucionales; y claro eso implica decirle a las víctimas que se reparan de manera funcional los daños y que la reparación tiene unas garantías básicas definidas por la famosa Ley de víctimas.

Es claro que las FARC, salen a mostrar su fuerza política sobre todo venida de las regiones rurales del sur, y a explorar su presencia en la calle. Tienen desconfianza con razón sobre si de verdad un acuerdo no los lleva a un nuevo procesos de aniquilamiento; pero además pugnan porque el establecimiento les de algo más que una favorabilidad política y esa no parece ser la tendencia.

El Petrismo y otros sectores sociales salen a expresar la necesidad de que la negociación entre los guerreros se dé, para “ahí sí” comenzar la discusión sobre las reformas y para asumir en franca lid la disputa por términos de referencia de la política del país que no sean el cuadrilátero derechizado del presidente y los ex presidentes. Se está buscando una tercería y no está fácil.

Más allá del fenómeno de Bogotá,  hay una victoria moderada de los sectores convocantes; le da un margen a la negociación de la Habana para que se avance en la exploración de un nuevo estadio de negociación de lo que ya sabemos que se está negociando entre dos en la Habana. ¿Y los que no marcharon qué?; Uribe y lo que él representa perdieron porque la gente que no marcho, más bien tiene una posición apática y resignada, pero no beligerante como la del uribismo; al sector paramilitar y de posición guerrerista sólo puede tener entre manos una celada contra el país y en eso toca estar atentos, porque cosas se han visto en esta historia nuestra…

Las mayorías vieron la convocatoria por televisión un poco calladas y taciturnas, los discursos no circularon claramente, hay como una desazón respecto a qué se convoca ¿a reparar a las víctimas?, ¿a refrendar el proceso de paz?, ¿a invocar el espíritu popular de Gaitán para un proyecto renovado de País?; eso no queda claro, cada actor lo interpreta a su manera; el tema de la paz aún no está cuajado entre los diversos sectores del país, sobre todo en las regiones; toca insistir en la movilización sobre todo apuntando a ideas más incluyentes, sin trampas hegemónicas de unos u otros; toca visualizar bien que se está negociando hoy, sobre todo toca que las partes le hablen claro al país,  y en esto invoco a Gaitán -respecto de ¿cuál es el lugar del país nacional?-, porque esto no es sólo interés del país político; a nadie le gusta que lo lleven con espejo a ningún lugar así sea el paraíso. Por lo pronto me quedo preguntando si el espíritu de Gaitán y su proyecto de país popular y de democracia plebeya, estuvo de verdad en la plaza de Bolívar ayer nueve de abril del 2013.

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